La Covacha del Tesoro – Leyenda del Convento del Piélago 2/6
2. El Real Convento Carmelitano del Santo Desierto del Piélago (Siglo XVII)
En lo más profundo de la Sierra de San Vicente, entre pinos que se inclinan con respeto y senderos que parecen llevar al olvido, se alzaba majestuoso el Convento del Piélago. Fue hogar de frailes sabios, custodios de libros antiguos, reliquias sagradas… y de un secreto que el tiempo apenas ha logrado silenciar.
Corría el siglo XVII cuando los rumores de guerra y saqueos comenzaron a cercar la comarca. Bandas armadas, ladrones disfrazados de soldados y cazadores de reliquias merodeaban los caminos. Preocupados por la seguridad de su legado, los frailes decidieron ocultar sus mayores tesoros: cálices de oro, cruces de plata labrada, monedas romanas halladas en antiguas rutas, y hasta fragmentos de reliquias traídas desde Tierra Santa.
En lo más profundo de la Sierra de San Vicente, entre pinos que se inclinan con respeto y senderos que parecen llevar al olvido, se alzaba majestuoso el Convento del Piélago. Fue hogar de frailes sabios, custodios de libros antiguos, reliquias sagradas… y de un secreto que el tiempo apenas ha logrado silenciar.
Corría el siglo XVII cuando los rumores de guerra y saqueos comenzaron a cercar la comarca. Bandas armadas, ladrones disfrazados de soldados y cazadores de reliquias merodeaban los caminos. Preocupados por la seguridad de su legado, los frailes decidieron ocultar sus mayores tesoros: cálices de oro, cruces de plata labrada, monedas romanas halladas en antiguas rutas, y hasta fragmentos de reliquias traídas desde Tierra Santa.
Guiados por el hermano Martín —el más ágil y discreto de todos—, transportaron los cofres durante la noche, en procesión silenciosa, hasta una hendidura secreta en el Pico de San Vicente, conocida por los pastores como la Covacha del Diablo, por los ecos extraños que allí resonaban.
Allí, entre musgos y raíces, cavaron una cámara oculta, sellada con piedras y cubierta por ramas y zarzas. Según cuentan, al final del ritual, los frailes se arrodillaron y recitaron una oración especial, sellando el lugar no sólo con rocas… sino con un juramento que sólo podría romper un corazón puro.
Poco después, el convento fue asaltado, pero no hallaron más que libros y velas. Los saqueadores, furiosos, prendieron fuego a parte del recinto, creyendo que los frailes habían huido con el tesoro. Pero ni una moneda salió jamás del bosque.
Desde entonces, muchos han buscado la covacha secreta del Pico de San Vicente. Algunos aseguran haber visto luces danzando entre los árboles al caer la noche. Otros hablan de voces susurrantes, y hay quien jura que, si te acercas demasiado, una sombra encapuchada aparece entre la niebla y te obliga a dar la vuelta… o a quedarte allí para siempre, como nuevo guardián del secreto.
Y así, la sierra guarda su misterio. El tesoro duerme, no lejos del viento… esperando al valiente (o al imprudente) que se atreva a romper el silencio.
Allí, entre musgos y raíces, cavaron una cámara oculta, sellada con piedras y cubierta por ramas y zarzas. Según cuentan, al final del ritual, los frailes se arrodillaron y recitaron una oración especial, sellando el lugar no sólo con rocas… sino con un juramento que sólo podría romper un corazón puro.
Poco después, el convento fue asaltado, pero no hallaron más que libros y velas. Los saqueadores, furiosos, prendieron fuego a parte del recinto, creyendo que los frailes habían huido con el tesoro. Pero ni una moneda salió jamás del bosque.
Desde entonces, muchos han buscado la covacha secreta del Pico de San Vicente. Algunos aseguran haber visto luces danzando entre los árboles al caer la noche. Otros hablan de voces susurrantes, y hay quien jura que, si te acercas demasiado, una sombra encapuchada aparece entre la niebla y te obliga a dar la vuelta… o a quedarte allí para siempre, como nuevo guardián del secreto.
Y así, la sierra guarda su misterio. El tesoro duerme, no lejos del viento… esperando al valiente (o al imprudente) que se atreva a romper el silencio.
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla-La Mancha
Guía por Itinerarios de Baja y Media Montaña
Informador Turístico Rutas Religiosas Sierra de San Vicente (*)
(*) Ermita de la Virgen del Piélago, Convento Carmelitas Calzados, Pozos de la nieve, Ermita de los "Santos Mártires" y Castillo de San Vicente.
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