La leyenda del torero de la Sierra de San Vicente...
Cuenta una leyenda, que un ganadero quiso a toda costa que su único hijo fuera torero...
Pero este hijo era una amante de los animales y nunca les quería hacer daño, y solo pensaba en cuidarlos..
El padre le llevó obligado, a las mejores escuelas de "tauromaquia" para que aprendiera el oficio, y así llegar a ser un valiente y buen torero.
Pero el resultado fue pésimo y un día el padre cansado de sus negativas, le obligó a matar a una "vaquilla" en su presencia, con la amenaza de que si no lo hacía quedaría "desheredado"...
Pero el resultado fue pésimo y un día el padre cansado de sus negativas, le obligó a matar a una "vaquilla" en su presencia, con la amenaza de que si no lo hacía quedaría "desheredado"...
El joven aprendiz de torero, bajó a la plaza, agarró el estoque, miro fíjamente a los ojos de la vaquilla... y antes de que se le arrancara, se lo clavó en su propio corazón...
Cayó de rodillas... y la vaquilla mirándole, empezó a recular hasta tocar las tablas del ruedo... quizás con tristeza, como si entendiera lo que acababa de ocurrir.
Y cuentan que hay una placa en bronce junto a unas piedras, en donde este joven que no quería ser torero, solía observar el campo...
Y aseguran también... que su padre (el ganadero), llora desconsoladamente muchos días... pidiendo a su hijo perdón.
Y pasaron los años, y la gente observó como muchos animales se reunían en ese lugar, sin entender o haber alguna explicación de su porqué...
Iban y venían... se juntaban, inmóviles, sin hacerse daño...
Una auténtica lección para los humanos...
Y podrás escuchar muchos días en la sierra, mugir a toros, vacas y terneros... como si se tratara de un ritual, quizás a modo de agradecimiento.
Si pudieran hablar...
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