Antes de que el hierro y la piedra marcaran la tierra, ya conocí a los pueblos que moraban en mis riberas, gentes libres y sencillas que bebían de mí, pescaban en mis aguas cristalinas y hallaban en mis orillas refugio y sustento.
Después llegaron los romanos, con sus puentes de piedra y sus calzadas. Me cruzaron con orgullo, me usaron para dar vida a sus molinos y para regar sus campos. Yo guardé en mi reflejo los ecos de sus legiones y el rumor de sus lenguas.
Luego vinieron los visigodos, que alzaron su reino en esta ciudad que siempre se miró en mis espejos. Toledo fue capital y yo, su guardián líquido, escuchaba las plegarias que resonaban en templos y basílicas.
Con el paso de los siglos, mis aguas también vieron ondear las banderas del Reino nazarí y escucharon el murmullo del árabe en las calles. Sus arquitecturas de arcos y azulejos se asomaban a mis orillas, y yo me volvía puente entre culturas.
La reconquista llegó con su hierro y su fe. Castillos, iglesias y murallas se levantaron, y Toledo se convirtió en crisol de tres mundos: cristiano, judío y musulmán. Mis aguas seguían claras, moviendo molinos que molían el grano y dando peces a quienes me conocían como fuente de vida.
La reconquista llegó con su hierro y su fe. Castillos, iglesias y murallas se levantaron, y Toledo se convirtió en crisol de tres mundos: cristiano, judío y musulmán. Mis aguas seguían claras, moviendo molinos que molían el grano y dando peces a quienes me conocían como fuente de vida.
Pero también fui testigo de las sombras. La Guerra Civil española tiñó de dolor mi cauce. Los ecos de disparos y lamentos retumbaron en mis orillas, y mis aguas, que habían sido espejo de belleza, se tornaron testigos mudos de la tragedia.
Hoy, a pesar de todo, sigo fluyendo, abrazando a Toledo con mis meandros. Mis aguas ya no son tan puras ni tan cristalinas como antaño, pero aún guardan en su hondura la memoria de lo vivido. Soy reflejo de una ciudad histórica, eterna y embrujada, donde cada piedra y cada puente parecen contar secretos que yo ya sé, porque fui testigo de todos ellos.
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla - La Mancha
Informador Turístico
(N° Reg. EXP/ITL/RDM-0019)
Guía de Montaña
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