lunes, 24 de febrero de 2025

Del Romanticismo de Gustavo Adolfo Bécquer a la ciudad de Talavera de la Reina del Siglo XXI (AI: Inteligencia Artificial)

Del Romanticismo de Gustavo Adolfo Bécquer a la ciudad de Talavera de la Reina del Siglo XXI (AI: Inteligencia Artificial)
 
La ficción es el arte de hacer posible lo imposible... y la AI (Inteligencia Artificial), es la herramienta para poder realizarlo...
 
David Miguel Rubio
Promotor Turístico en Castilla-La Mancha
Guía de Montaña
 
 
AI (Inteligencia Artificial)
Hazme una composición poética tomando como ejemplo Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer, empleando algunas de las siguientes palabras:
 
Talavera de la Reina
Murales cerámicos
La plaza del reloj
Río Tajo
María de Portugal
Las Mondas
Alcazaba árabe
Abderramán III
Murallas
Torres Albarranas
Calle Corredera del Cristo
Basílica de Nuestra Señora del Prado
Iglesia de Santa María La Mayor (La Colegial)
Centro religioso y cultural
Convento de las Madres Carmelitas
Iglesia de El Salvador
Pasado histórico
Cerámica
Puchero talaverano
Iglesia de San Andrés
Parque de la Almeda
Iglesia de Santiago el Nuevo
Jardines del Prado
Platos y azulejos
Monasterio Jerónimo de Santa Catalina
Caesarobriga
Talabriga (Ciudad de los vetones)
Villa romana de Saucedo
La Ciudad de la Cerámica
Templete Camino Real a Guadalupe
La Virgen del Prado
 

En la Ciudad de la Cerámica

En Talavera, donde el río murmura,
susurra el Tajo leyendas de amor,
entre murallas que el tiempo asegura
y torres que velan su antiguo esplendor.

En la Plaza del Reloj, la tarde se apaga,
y el eco lejano de un paso al pasar
recuerda a María, la Reina olvidada,
que en noches calladas regresa al lugar.

Las Mondas estallan en fiesta y colores,
antigua memoria de un rito inmortal,
mientras en la Almeda, fragantes las flores,
tejen primaveras de aroma ancestral.

La Alcazaba árabe, bajo la luna,
guarda secretos de Abderramán,
y en la Corredera, que el alba acuna,
la historia respira en cada portal.

Cerámica fina, azul en el vuelo,
murales que cantan un arte sin fin,
en platos y azulejos, el viejo anhelo
de manos que plasman su eterno confín.

En la Colegial, campanas que lloran,
en Santa María reza el corazón,
y en el Prado, los fieles fervientes imploran
a la Virgen santa su fiel bendición.

Talabriga, de piedras vetonas,
susurra en Saucedo un pasado real,
ciudad de leyendas, de historia que entona
un canto que el viento no puede apagar.

Y así, Talavera, con alma infinita,
entre sus muros la vida dejó,
un puchero humeante, fe que palpita,
y un tiempo dorado que no se perdió.


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