jueves, 29 de abril de 2021

Museo Arqueológico Nacional (Madrid) - Cerámica Hispania Romana (5/11)


El recorrido por el Museo Arqueológico Nacional continúa, en esta tercera página dedicado a él, por la sección de Hispania Romana, situada en la primera planta. Y es que una vez que Roma conquista Hispania, ésta pasa a formar parte del Imperio Romano de manera tan plena que durante todo ese período proporcionaría dos emperadores, Trajano y Adriano.

Se produce, por tanto, una “romanización” del territorio en todos sus aspectos (social, cultural, político, económico, etc.). De este modo, a lo largo de las salas que conforman esta sección (de la 18 a la 22), podremos ver los recursos que utilizará Roma para propiciar dicha romanización, llevar a cabo su dominio y explotar el territorio. Asimismo, se nos presentará la nueva organización de las ciudades, de sus espacios urbanos y de las actividades que tienen lugar en ellas, además de mostrarnos cómo será la casa urbana, los espacios de que se compone y la utilización de los diferentes objetos que en ellas se pueden encontrar. Por último, una muestra de distintas tumbas nos enseña cómo eran las necrópolis en función de las diferencias sociales, terminando la sección con las villas rústicas, la decoración a base de mosaicos con que se ornamentaban, la organización social y las actividades económicas.
https://www.unaventanadesdemadrid.com/madrid/museo-arqueologico-nacional-iii.html












El dolium (plural dolia) es una vasija de alfarería de la antigua Roma, similar a una tinaja,​ usada para almacenar y transportar alimentos en el Mediterráneo.




Cerámica romana es el conjunto de producciones de muy diversas procedencias, categorías técnicas y zonas de comercialización o difusión. Desde producciones locales fruto de artesanos anónimos que surten una demanda muy próxima, fabricadas con técnicas y formas de la tradición local, hasta lujosas y sofisticadas vajillas con influencias helenísticas y orientales salidas de afamados talleres altamente especializados que firman sus productos y los difunden por los más apartados rincones del orbe romano. 

Este fenómeno abarca un dilatado espacio cronológico, que comprende desde época republicana, con producciones como las campanienses, herederas directas de las cerámicas áticas y etruscas, que se remontan al siglo IV a. C., hasta el fin del Imperio con manufacturas que prolongan su tradición a lo largo de toda la tardoantiguedad hasta los albores de la Edad Media, es decir más de 1000 años de historia.

A este ámbito espacio temporal se une una ingente variedad funcional y formal: cerámicas comunes de mesa, cocina y despensa, de almacenaje y transporte, ánforaslucernas, conmemorativas, cerámicas de tocador o vajillas finas y de lujo como la terra sigillata, -sin olvidar los más modestos materiales cerámicos de construcción, que dieron soporte a una política de edificación sin paralelo en el mundo antiguo-, configuran un inmenso legado material y cultural, de sustancial valor para arqueólogos, ceramólogos y estudiosos de la Antigüedad en general.



















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