viernes, 20 de diciembre de 2019

Reliquias de Santa Bernardita - (Basílica de Nuestra Señora del Prado) - Talavera de la Reina (Toledo)


Bernadette Soubirous o Bernardita de Lourdes (Lourdes, 7 de enero de 1844 –Nevers, 16 de abril de 1879) fue una pastora, mística y religiosa francesa canonizada por la Iglesia católica en 1933.


Su festividad se celebra el 16 de abril, aniversario de su muerte. Su cuerpo permanece incorrupto en Nevers.

Una serie de dieciocho apariciones que Bernadette afirmó haber tenido en 1858 en Lourdes, y los milagros que las sucedieron, terminaron por conferirle fama mundial ya al momento de su muerte.



Bernadette era la mayor de nueve hermanos, de los cuales solo algunos sobrevivieron a los primeros años de vida:

Por la condición de extrema pobreza de sus padres, vivían en un viejo sótano en un molino húmedo y miserable.

Desde muy pequeña Bernadette tuvo una salud delicada. La causa era la desnutrición y el lamentable y pobre estado de la casa monoambiente donde residía.
Durante su niñez en otoño de 1855, el cólera atacó a Bernadette dejándola sumamente debilitada.




Llegó a vivir algunos años en una celda de la antigua prisión de Lourdes, por entonces fuera de uso: el llamado cachot, de 4,40 m por 4 m, en la calle des Petits Fossés, cedido por su propietario, un primo del padre.


Basílica de Nuestra Señora del Prado






Basílica de Nuestra Señora del Prado
(Interior)





El 11 de febrero de 1858, y durante seis meses, Bernadette recibió las revelaciones de la Virgen María en la advocación de la Inmaculada Concepción en la pequeña gruta de Masse-Vieille (hoy llamada Massabielle).

El lugar estaba conformado por una roca que cubría una gruta alargada, de unos ocho metros de ancho. Aquel jueves 11 de febrero se había terminado la leña en la casa y Bernadette se ofreció a ir a recoger, a la vera del torrente Gave, con su hermana Toinette y Juana Abadie, a quien llamaban Baloum.

Las tres niñas descendieron hasta Masse-Vieille. Según su relato, Bernadette oyó un fuerte rumor de viento, pero al volverse vio que todo estaba tranquilo y que los árboles no se habían movido.

Por segunda vez oyó el mismo rumor, entonces en el interior de la gruta vio a una «jovencita» (que en su decimosexta aparición se identificaría como la Inmaculada Concepción). Así narró Bernadette la primera aparición.


Reliquias




En la abertura de una roca, llamada cueva de Masse-Vieille, vi a una joven. Creyendo engañarme, me restregué los ojos; pero alzándolos, vi de nuevo a la joven, que me sonreía y me hacía señas de que me acercase.

La mujer vestía túnica blanca con un velo que le cubría la cabeza y llegaba hasta los pies, sobre cada uno de los cuales tenía una rosa amarilla, del mismo color que las cuentas de su rosario.

El ceñidor de la túnica era azul. (...) Tuve miedo. Después vi que la joven seguía sonriendo. Eché mano al bolsillo para coger el rosario que siempre llevo conmigo y se me cayó al suelo.

Me temblaba la mano. Me arrodillé. Vi que la joven se santiguaba... Hice la señal de la cruz y recé con la joven... Mientras yo rezaba, ella iba pasando las cuentas del rosario (...) Terminado el rosario, me sonrió otra vez. (...) Aquella Señora no me habló hasta la tercera vez.


El manantial de agua encontrado por Bernadette por indicación de la Virgen resultó ser fuente de numerosos hechos extraordinarios.

En ese lugar se levantó el Santuario de Lourdes, donde desde entonces han ocurrido numerosas curaciones inexplicables para la ciencia (ver Repercusiones en la actualidad).



La talla de la Virgen colocada en la gruta fue esculpida por Joseph Hughes Fabisch (1812-1886), profesor de la Academia de las Ciencias, las Artes y las Letras de Lyon, entre fines de 1863 y comienzos de 1864. En referencia a la Virgen, Bernadette solía decir: «Jamás he visto mujer tan hermosa».

Tras las apariciones, a partir del 15 de julio de 1860, Bernadette fue acogida en el hospicio por las religiosas Hermanas de la Caridad de Nevers. Bernadette dejó la casa y permaneció como enfermera dos años entre ellas (1861 y 1862).

En agosto de 1864 solicitó ser admitida en la Comunidad de Hermanas de la Caridad de Nevers y en julio de 1866 comenzó su noviciado en dicha congregación.

El 16 de abril de 1879, con apenas 35 años, murió a las 15:15 horas. Sus últimas palabras fueron: «La he visto otra vez... ¡Qué hermosa es! Madre, ruega por mí que soy pecadora».


El 2 de septiembre de 1909, su cadáver fue desenterrado y hallado en perfecto estado de conservación; no obstante, el crucifijo y rosario que llevaba en las manos se encontraron cubiertos de óxido.


El 25 de agosto de 1913, Pío X inició el proceso de beatificación en Roma que, retrasado por la Primera Guerra Mundial, se reanudó el 17 de septiembre de 1917. El 14 de junio de 1925, Pío XI proclamó beata a Bernadette.
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Bernadette_Soubirous

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