jueves, 14 de diciembre de 2017

El Ventanal Medieval - Oropesa (Toledo) - La cristiana cautiva...


El día de los torneos, 
pasé por la Morería, 
y vi una mora lavando 
al pie de la fuente fría.

- Apártate, mora bella;
apártate, mora linda;
deja que beba el caballo
esta agua cristalina.

- No soy mora, caballero,
que soy cristiana cautiva;
me cautivaron los moros
el día de Pascua Florida.


- ¿Te quieres venir conmigo?
- De buena gana me iría;
mas los pañuelos que lavo,
¿dónde me los dejaría?

- Los de seda y los de Holanda,
aquí, en mi caballo, irían,
y los que nada valieren
la corriente llevaría.

- Y mi honra, caballero,
¿dónde me la dejaría?
- Aquí en la cruz de mi espada,
que en mi pecho está oprimida.

Por ella juro llevarte
hasta los montes de Oliva.
La hizo subir al caballo
y a su casa la traía.

Al pasar por la frontera
la morita se reía.
El caballero le dijo:
- ¿de qué te ríes, morita?

- No me río del caballo,
ni tampoco del que guía,
me río al ver esta tierra,
que es toda patria mía.

Al llegar a aquellos montes,
ella a llorar se ponía.
- ¿Por qué lloras, mora bella?
¿Por qué lloras, mora linda?

- Lloro porque en estos montes
mi padre a cazar venía.
- ¿Cómo se llama tu padre?
- Mi padre, Juan de la Oliva.

- ¡Válgame la fe de Dios
y también la de María!
¡Pensaba que era una mora
y llevo una hermana mía!

- ¡Abra usted, madre, las puertas,
ventanas y celosías,
que aquí le traigo la rosa
que lloraba noche y día! 

Fuentes:

Cancionero
Cancionero popular infantil español
[recopilado por]
Juan Hidalgo Montoya
7ª ed.- Madrid : Ed. Música Moderna, D.L. 1993. 



Pinturas









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