domingo, 30 de noviembre de 2025

Y el pasado cobró vida - La Ciudad de las Tres Culturas... (Capítulo 2)

Y el pasado cobró vida - La Ciudad de las Tres Culturas... (Capítulo 2)

Hemos querido dar vida a estas imágenes inertes en blanco y negro, para que a futuro puedan ser recordadas...
 
Nuestro agradecimiento a la página de Facebook:
 
Centro de Estudios
de Castilla - La Mancha - UCLM
  
 

*********************
 
Momentos para recordar... 
en la eternidad...
 

Toledo que ya no vuelve

Toledo de los viejos días,
cuando las piedras latían
con pasos que hoy no regresan,
cuando la vida era sencilla
y la amistad bastaba entera.

Recuerdo calles tranquilas,
vecinos que se asomaban
con un “pasa, ¿qué necesitas?”,
y abrían puertas y almas
sin pedir nada a cambio.

Gente humilde, manos recias,
que te ofrecía lo poco
como si fuera tesoro,
y en cada gesto pequeño
había un mundo más hondo.

Toledo de las despedidas
que el tiempo nunca perdona;
cuántos ya no están conmigo,
cuántos nombres en la sombra
que aún hablan cuando los digo.

En las plazas resonaban
las risas que ya no escucho;
el respeto era un abrazo,
la palabra era un refugio
y el cuidar era un orgullo.

Hoy, cuando el recuerdo aprieta,
busco en la tarde dorada
aquella ciudad antigua
que en mi memoria se guarda
como una historia bendita.

Toledo, madre de ausencias,
cómo duele tu silencio;
pero en tu viento aún encuentro
la bondad de aquel tiempo
y la luz de los que llevo dentro.

 


Ciudad de las Tres Culturas

Toledo se alza dorada
sobre el abrazo del Tajo,
ciudad antigua y eterna
donde el tiempo va despacio.

En sus calles se entrelazan
tres almas que nunca mueren:
judía, cristiana y mora,
susurros que aún se quieren.

Las piedras guardan secretos,
pasos de siglos enteros;
cada arco es una historia,
cada sombra, un recuerdo.

La catedral se hace cielo,
la sinagoga, silencio,
y la mezquita, un latido
del mundo que fue primero.

Toledo, ciudad de espejos,
fundida en bronce y en aire,
pintada por mil viajeros
que la sueñan al mirarte.

Viajera de luz antigua,
musa de historia y de calma,
quien te visita se lleva
un sol prendido en el alma.

Oh Toledo, tres culturas
bailando en tu pecho abierto:
no hay rincón que no enamore,
no hay paso que no sea eterno.




Bajo el arco antiguo

Se ha detenido un momento
bajo el viejo arco de piedra,
donde el tiempo aún respira
entre sombras y callejas.

El burro, fiel compañero,
carga el peso de la vida:
vasijas de barro y sueños,
cerámicas que chispean
luz de manos artesanas
y talleres de otros días.

Las calles, estrechas, miran
el esfuerzo silencioso;
la cal y el ladrillo guardan
su paso humilde y honroso.

El hombre observa la cuesta,
quizá pensando en la entrega,
en seguir hacia la plaza
o en descansar una tregua.

Toledo, desde su arco,
lo envuelve con su historia entera;
y allí, quietos por un instante,
hombre y burro se detienen,
dos almas bajo la piedra.







No hay comentarios:

Publicar un comentario