En la Niebla
Por Hermann Hesse
¡Extraño vagar entre la niebla!
Solitario está cada arbusto y piedra,
ningún árbol mira al otro,
cada uno está solo.
Lleno de amigos estaba para mí el mundo
cuando mi vida era clara todavía;
ahora que la niebla cae,
nadie más está visible.
Verdaderamente, nadie es sabio
si la tiniebla no conoce,
lo inevitable y silencioso
de todo lo aparta.
¡Extraño vagar entre la niebla!
Vivir es estar solo.
Ningún hombre conoce al otro,
cada uno está solo.
http://www.lamaquinadeltiempo.com/poemas/hesse01.htm
LA MUÑECA
En una noche de Enero
una niña pordiosera,
con los pies casi desnudos,
con las manecitas yertas,
cubriendo, a modo de manto,
con su falda la cabeza,
y sin temor a la lluvia
que más cada vez arrecia,
contempla, extasiada y triste
el interior de una tienda,
que por su gusto en juguetes
es en Madrid la primera.
una niña pordiosera,
con los pies casi desnudos,
con las manecitas yertas,
cubriendo, a modo de manto,
con su falda la cabeza,
y sin temor a la lluvia
que más cada vez arrecia,
contempla, extasiada y triste
el interior de una tienda,
que por su gusto en juguetes
es en Madrid la primera.
–¿Qué haces aquí? le pregunta,
con voz desabrida y seca,
un dependiente, empujando
a la niña hasta la acera.
–¡Déjeme usted! ¡Si es que estaba
mirando aquella muñeca!
–¡Vaya! Retírate pronto
y deja libre la puerta.
–¿Dígame usted. ¿Cuesta mucho?
–¿Quieres marcharte, chicuela?
–¿Será muy cara, verdad?
¡Lo que es como yo pudiera!…
–¡El demonio de la chica
¿Pues no quiere comprar ella?…
¡Lárgate a pedir limosna!
y déjate de simplezas.
La muñeca que te gusta
vale un duro, con que ¡fuera!
con voz desabrida y seca,
un dependiente, empujando
a la niña hasta la acera.
–¡Déjeme usted! ¡Si es que estaba
mirando aquella muñeca!
–¡Vaya! Retírate pronto
y deja libre la puerta.
–¿Dígame usted. ¿Cuesta mucho?
–¿Quieres marcharte, chicuela?
–¿Será muy cara, verdad?
¡Lo que es como yo pudiera!…
–¡El demonio de la chica
¿Pues no quiere comprar ella?…
¡Lárgate a pedir limosna!
y déjate de simplezas.
La muñeca que te gusta
vale un duro, con que ¡fuera!
—————–
Marchose la pobre niña
ocultando su tristeza…
en vano pide limosna…
ninguno escucha sus quejas…
Y desfallecida y débil,
cruza calles y plazuelas
recordando en su amargura
la tentadora muñeca…
ocultando su tristeza…
en vano pide limosna…
ninguno escucha sus quejas…
Y desfallecida y débil,
cruza calles y plazuelas
recordando en su amargura
la tentadora muñeca…
—————–
–¡Caballero, una limosna
a esta pobrecita huérfana!
–¡Déjame, que voy de prisa!
–¡Por Dios, señor! Aunque sea
un centimito… ¡Tengo hambre!…
–(¡Pobre niña! ¡Me da pena!)
Toma.
a esta pobrecita huérfana!
–¡Déjame, que voy de prisa!
–¡Por Dios, señor! Aunque sea
un centimito… ¡Tengo hambre!…
–(¡Pobre niña! ¡Me da pena!)
Toma.
–¡Señor! ¡Si es un duro!
–Te lo doy para que puedas,
siquiera por esta noche,
tener buena cama y cena.
–¡Déjeme usted que le bese
la mano!
–Te lo doy para que puedas,
siquiera por esta noche,
tener buena cama y cena.
–¡Déjeme usted que le bese
la mano!
–Quita, tontuela.
–¡Que Dios se lo pague a usted!
¡Un duro!… ¡Estoy muy contenta!…
¿No será falso, verdad?
–¡Cómo muchacha! ¿Tú piensas?…
–No, señor… perdone usted…
Pero… ¡vamos!… la sorpresa…
¡Si voy a volverme loca
de alegría!… ¡Quién dijera!
¡Que Dios le premie en el mundo
y le dé la gloria eterna!
–¡Que Dios se lo pague a usted!
¡Un duro!… ¡Estoy muy contenta!…
¿No será falso, verdad?
–¡Cómo muchacha! ¿Tú piensas?…
–No, señor… perdone usted…
Pero… ¡vamos!… la sorpresa…
¡Si voy a volverme loca
de alegría!… ¡Quién dijera!
¡Que Dios le premie en el mundo
y le dé la gloria eterna!
—————–
Y apretando entre sus manos
convulsivas la moneda,
corrió por la calle abajo
veloz como una saeta.
convulsivas la moneda,
corrió por la calle abajo
veloz como una saeta.
—————–
A la mañana siguiente
se comentaba en la prensa
el hecho de haberse hallado
en el quicio de una puerta,
¡el cadáver de una niña
abrazado a una muñeca!
se comentaba en la prensa
el hecho de haberse hallado
en el quicio de una puerta,
¡el cadáver de una niña
abrazado a una muñeca!
Un Águila
He mirado el cielo
y he preguntado ansiosa
eres tú, en pleno vuelo,
amada ave majestuosa.
Vuela serena en lo alto
te llevas mis sueños,
que a ti te he entregado
son puros y en versos.
Águila, vuela alto en tu cielo
donde no alcanzan las balas,
que quieren matar tu vuelo
despliega tus bellas alas.
Águila, te entrego el corazón
para darte fuerza en tu vuelo,
llévate mis ojos que lloraron,
verte en lo alto me da consuelo.
Águila de mis desvelos
te amo en libertad, victoriosa
nada ni nadie debe lastimaos,
de tantos cazadores saldrás airosa.
Águila, cuando mires desde lo alto
verás que pequeñas son las ratas
la come la serpiente de un salto
de nada vale ensuciar tus garras.
Águila, aquí estoy en la luna
dándote luz en las noches,
de tu vuelo enamorada.
Vuela, Vuela… tú puedes.
Alicia M. Moreno
http://aliciamarcelinamoreno.blogspot.com.es/2012/06/un-aguila.html
LLUVIA
Federico García Lorca
La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.
Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.
Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.
La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.
http://www.ciudadseva.com/textos/poesia/esp/lorca/lluvia.htm
La pantera
Rainer Maria Rilke
En el Jardín des Plantes de París
Sus ojos están tan cansados
de ver pasar los barrotes, que ya nada retienen.
Le parece que hubiera mil barrotes
y tras los mil barrotes ya no hubiera mundo.
El blando andar de sus pies fuertes y elásticos,
que van trazando un círculo minúsculo,
es como una danza de fuerza en torno a un centro
en el que una gran voluntad se alza embotada.
Sólo a veces el telón de las pupilas
se levanta en silencio. Y entra una imagen,
cruza la tensa calma de sus miembros
y al llegar al corazón deja de ser.
http://www.taringa.net/posts/arte/2849941/Rilke-La-pantera-Poema.html
Silla, sillita que culpa tienes…
De madera plástico y tela
Las sillas no tienen barrera
Que razón tienen ellas
Para terminar de esta manera.
Las sillas no tienen barrera
Que razón tienen ellas
Para terminar de esta manera.
Desde puestos del centro
Hasta fábricas San Pedro
Las sillas siempre han sido
Trabajadas sin sentido.
Hasta fábricas San Pedro
Las sillas siempre han sido
Trabajadas sin sentido.
Si tan importantes son
Como yo les cuento
Que culpa tienen ellas
De soportar nuestro trasero.
https://ehdeezion.wordpress.com/2011/08/10/silla-sillita-que-culpa-tienes-poema-a-las-sillas/Como yo les cuento
Que culpa tienen ellas
De soportar nuestro trasero.
Las ultimas velas
LayaLas llamas se apagan.
La cera se derrite.
Lagrimas se oyen y ven.
Hoy se agotan las ultimas fuentes de luz.
Las ultimas sonrisas.
Hoy han muerto las ultimas velas...
Poesía a mi pueblo
De aquí eran mis abuelos
y mis padres eran también
y un día del mes de marzo
aquí,yo nací después.
Con cariño recuerdo mi infancia,
con amor mi juventud,
y ahora que ya soy mayor
aquí quisiera morir.
Me levanto temprano
pero hay quien madruga más
porque siendo tan temprano
las calles huelen a pan
y sus campos a tomillos
que llenos de flor están.
¡Qué bonito está mi pueblo!
con sus casas encalas,
blancas como si la nieve
estuviera,en las fachadas pegá
¡Que bonita es nuestra iglesia!
con sus retablos y pinturas,
que todo el que la visita
admirado de ella queda.
Llueve sobre el campo verde
Llueve sobre el campo verde…
¡Qué paz! El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
¡Qué paz! El agua se abre
y la hierba de noviembre
es de pálidos diamantes.
Se apaga el sol; de la choza
de la huerta se ve el valle
más verde, más oloroso,
más idílico que antes.
de la huerta se ve el valle
más verde, más oloroso,
más idílico que antes.
Llueve; los álamos blancos
se ennegrecen; los pinares
se alejan; todo está gris
melancólico y fragante.
se ennegrecen; los pinares
se alejan; todo está gris
melancólico y fragante.
Y en el ocaso doliente
surgen vagas claridades
malvas, rosas, amarillas,
de sedas y de cristales…
surgen vagas claridades
malvas, rosas, amarillas,
de sedas y de cristales…
¡Oh la lluvia sobre el campo
verde! ¡Qué paz! En el aire
vienen aromas mojados
de violetas otoñales.
La araña
Julio Flórez
Entre las hojas de laurel, marchitas,
de la corona vieja,
que en lo alto de mi lecho suspendida,
un triunfo no alcanzado me recuerda,
una araña ha formado
su lóbrega vivienda
con hilos tembladores
más blancos que la seda,
donde aguarda a las moscas
haciendo centinela
a las moscas incautas
que allí prisión encuentran,
y que la araña chupa
con ansiedad suprema.
He querido matarla:
Mas... ¡imposible! Al verla
con sus patas peludas
y su cabeza negra,
la compasión invade
mi corazón, y aquella
criatura vil, entonces,
como si comprendiera
mi pensamiento, avanza
sin temor, se me acerca
como queriendo darme
las gracias, y se aleja
después, a su escondite
desde el cual me contempla.
de la corona vieja,
que en lo alto de mi lecho suspendida,
un triunfo no alcanzado me recuerda,
una araña ha formado
su lóbrega vivienda
con hilos tembladores
más blancos que la seda,
donde aguarda a las moscas
haciendo centinela
a las moscas incautas
que allí prisión encuentran,
y que la araña chupa
con ansiedad suprema.
He querido matarla:
Mas... ¡imposible! Al verla
con sus patas peludas
y su cabeza negra,
la compasión invade
mi corazón, y aquella
criatura vil, entonces,
como si comprendiera
mi pensamiento, avanza
sin temor, se me acerca
como queriendo darme
las gracias, y se aleja
después, a su escondite
desde el cual me contempla.
ODA AL GATO
Pablo Neruda
Los animales fueron
imperfectos,
largos de cola, tristes
de cabeza.
Poco a poco se fueron
componiendo,
haciéndose paisaje,
adquiriendo lunares, gracia, vuelo.
El gato,
sólo el gato
apareció completo
y orgulloso:
nació completamente terminado,
camina solo y sabe lo que quiere.
El hombre quiere ser pescado y pájaro,
la serpiente quisiera tener alas,
el perro es un león desorientado,
el ingeniero quiere ser poeta,
la mosca estudia para golondrina,
el poeta trata de imitar la mosca,
pero el gato
quiere ser sólo gato
y todo gato es gato
desde bigote a cola,
desde presentimiento a rata viva,
desde la noche hasta sus ojos de oro.
No hay unidad
como él,
no tienen
la luna ni la flor
tal contextura:
es una sola cosa
como el sol o el topacio,
y la elástica línea en su contorno
firme y sutil es como
la línea de la proa de una nave.
Sus ojos amarillos
dejaron una sola
ranura
para echar las monedas de la noche.
Oh pequeño
emperador sin orbe,
conquistador sin patria,
mínimo tigre de salón, nupcial
sultán del cielo
de las tejas eróticas,
el viento del amor
en la intemperie
reclamas
cuando pasas
y posas
cuatro pies delicados
en el suelo,
oliendo,
desconfiando
de todo lo terrestre,
porque todo
es inmundo
para el inmaculado pie del gato.
Oh fiera independiente
de la casa, arrogante
vestigio de la noche,
perezoso, gimnástico
y ajeno,
profundísimo gato,
policía secreta
de las habitaciones,
insignia
de un
desaparecido terciopelo,
seguramente no hay
enigma
en tu manera,
tal vez no eres misterio,
todo el mundo te sabe y perteneces
al habitante menos misterioso,
tal vez todos lo creen,
todos se creen dueños,
propietarios, tíos
de gatos, compañeros,
colegas,
discípulos o amigos
de su gato.
Yo no.
Yo no suscribo.
Yo no conozco al gato.
Todo lo sé, la vida y su archipiélago,
el mar y la ciudad incalculable,
la botánica,
el gineceo con sus extravíos,
el por y el menos de la matemática,
los embudos volcánicos del mundo,
la cáscara irreal del cocodrilo,
la bondad ignorada del bombero,
el atavismo azul del sacerdote,
pero no puedo descifrar un gato.
Mi razón resbaló en su indiferencia,
sus ojos tienen números de oro.
http://www.poemas-del-alma.com/pablo-neruda-oda-al-gato.htm
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